Casa Anastasio

La casa fue el resultado de su aventura cubana. Su enorme aljibe, riqueza infrecuente para la época, les permitió presumir de los mejores pimientos de la zona y de una platanera al lado del chorro de la pileta, cuya piedra desplazada años después por el invento de las lavadoras, terminó como tapa del brocal. Junto al camino real que unía Mazo con LA BAJITA, era la última casa del pueblo o la primera desde el cercano mar al que siempre vivieron vinculados. Fue parada obligada de los pescadores y de los trabajadores de la viña en tiempos de zafra. Allí siempre se disponía de agua fresca, de un rato de agradable conversación repleta de nostalgias caribeñas y de una invitación para ver el cerdo más grande del pueblo, prodigio de la abundancia de tunos y altramuces provenientes de las próximas maretas. Antonia y Anastasio, sentados en el banco de piedra de la esquina de la piscina, contemplando la maravilla del cielo tachonado de estrellas, dejando oír un murmullo de diálogo lejano, tranquilo apacible bajo los techos de pura tea, o arrastrando lentamente los pies sobre los tablones del suelo, parece que siguen prefiriendo la casa como, vacaciones improvisadas, para darse un descanso en medio de su descanso eterno.

La Casa Rural Anastasio cuenta con 70m2 de construcción y dispone de:
2 camas individuales de 90x1,90 en cada habitación y cuenta con un sofacama en el salon-cocina-comedor.
2 baños uno con ducha y otro con bañera.
Salon-cocina-comedor con chimenea.
Equipamiento de cocina: cafetera, horno grande, vitroceramica, nevera-congelador, lavadora.
TV, radio y CD.
Piscina privada de 5,5 x 2.
Zona de barbacoa con mesa y sillas de terraza y hamacas